Violencia familiar

Caso Yoakim: la defensa de la madre dice que ella lo encontró con convulsiones

Por el homicidio del bebé se encuentran imputados ambos padres. Sin embargo, el abogado y la hermana de la mujer argumentan que es inocente.

A una semana de la muerte de Yoakim, Daniel Pereyra -abogado de Virginia Olguín, su mamá– volvió a defender la inocencia de su clienta señalando que ese día ella volvió de trabajar y lo encontró con un cuadro de convulsiones. El bebé de 7 meses había sido internado con lesiones cerebrales severas en la Clínica Aconcagua.

Por la muerte del niño, el fiscal de Violencia Familiar de Primer Turno Pablo Camacho dispuso la detención e imputación de Gustavo Roffe (42) y de Olguín (30), los papás, por homicidio calificado por el vínculo. Según se conoció, el menor tenía lesiones cerebrales que serían compatibles con el síndrome del bebé sacudido.

«El único que sabe qué le pasó a Yoakim, es la persona que estuvo con él ese día: su papá», aseguró Valeria Olguín, hermana de Virginia.

El miércoles 17 se realizó el funeral del bebé en Villa Carlos Paz, y el fiscal autorizó a Olguín participar unas horas de la despedida de su hijo. «Le va a ayudar haber estado ahí, le va a ayudar a cerrar el círculo de esa vida que ya no está, ella ahora tiene que salir adelante por ella, para demostrar su inocencia, o mejor dicho, para demostrar que no es culpable», manifestó Valeria.

El abogado contó en diálogo con La Voz que el martes la mujer había salido a trabajar temprano. «Se fue a las 8.30 de la casa, el marido y el hijo dormían. Cuando regresó, poco antes de las 15, lo encontró dormido al nene y sentía como un quejido», relató. Y agregó: «Lo vio con los ojitos como blancos, se preocupó, le mandó un video a su mamá para preguntarle si era una convulsión y lo llevó al Hospital infantil, pero lo derivaron al a Clínica Aconcagua».

Según el letrado, el padre le dijo que el bebé había tomado una mamadera y se había dormido. «Cuando en el Aconcagua les dicen que tenía una lesión compatible con un zamarreo, ella le pregunta a él si le hizo algo pero él lo niega», expresó el abogado.

«A ella no le entra a la cabeza que alguien pueda hacerle daño a un niño, menos que sea su progenitor. No son episodios continuos sino espaciados y aislados, una vez una marquita, otra vez un golpecito en la cuna, y él decía que se había golpeado con los barrales», prosiguió Pereyra.

La mujer atendía dos despensas de su familia ubicadas en barrio Alta Córdoba. «Ella volvía al mediodía, comía, y volvía al negocio pero ya con el bebé», describió el letrado.

Asimismo, agregó: «Según ella misma me contó, no sufría violencia física ni verbal, aunque sí relata que él era absorbente, que estaba muy encima». El abogado aseveró que la mujer era una persona muy cariñosa y cuidadosa con su hijo: «Los clientes pueden decir el trato que tenía con el bebé».

Por su parte, la hermana dijo: «Con Virginia compartíamos mucho, tenemos una relación muy cercana, nos veíamos tres veces por semana, y lo que ella me contaba es que estaba un poco cansada, que era una relación invasiva». Llevaban juntos poco más de tres años y Valeria le había sugerido un psicólogo para que iniciara una terapia. «Íbamos juntas, con nuestros bebés, a turnos seguidos», detalló.

Según la mujer, Virginia es muy alegre, divertida e ingenua. «Es natural, dulce, ha cuidado a mis hijas, y tenía un amor inmenso por ese bebé», remarcó. Y añadió: «Ella había perdido un embarazo tiempo atrás, y como es diabética tuvo un embarazo de riesgo pero se cuidó muchísimo, salió todo bien y el bebé era sumamente sano».

«Yoakim era el reflejo de Virginia, era un bebé cuidado, alegre, simpático, le gustaba jugar…», enumeró la hermana de la imputada. Y concluyó: «Se hará Justicia, el responsable tendrá Justicia, pero no hay que fomentar el odio ni el morbo».