Córdoba capital
Increíble: tiene 86 años y empezó el gimnasio debido a la inseguridad
Antonio vive en barro Liceo y comenzó a entrenar una hora, tres veces por semana. El hombre contó que antes realizaba largas caminatas pero que desistió debido a los hechos delictivos.

Antonio Roldán, un hombre de 86 años, decidió comenzar a entrenar en el gimnasio y la inseguridad en la Ciudad de Córdoba influyó particularmente en su decisión.
«Antes me caminaba hasta el otro barrio, pero dejé de hacerlo por la inseguridad. ¿Qué puedo hacer yo si me quieren robar?», contó en diálogo con Vía Córdoba. De acuerdo a lo que indicó, Antonio entrena una hora, tres veces por semana.
Si bien la actividad física era parte de su vida, esta es la primera vez que el hombre va a un centro deportivo. «Hasta ahora hago bicicleta, porque lo demás es muy pesado. Además, vengo para ayudar a fortalecer mis piernas», contó.
El hombre comenzó su actividad a mediados de septiembre, en un gimnasio ubicado en barrio Liceo de la capital provincial, tras la invitación de su hija y su nieta.

El impulso para inscribirse al «gym» también se dio a raíz de la inseguridad, ya que Antonio realizaba caminatas por el barrio pero, ante los hechos delictivos en la zona, debió suspenderlas.
«Antes me caminaba hasta el otro barrio, iba y venía. A las 5.30 salía, más o menos tres días a la semana. Pero dejé de hacerlo por la inseguridad. Incluso corría unas vueltas en la plaza, pero ¿qué puedo hacer yo si me quieren robar?», admitió.
En tanto, el hombre aseguró que el gimnasio es la actividad más segura que puede hacer por ahora. «Me gustaría poder salir a caminar más y hacer largos trechos, pero con esto de la inseguridad no se puede», lamentó.
Respecto a cuál es la forma de llegar de manera tan activa a los 86 años, Antonio contó la clave. «Un vaso de vino al medio día, es el secreto», comentó entre risas. Además, aseguró que su salud se encuentra muy bien y que no tiene restricciones alimentarias. «Yo lo que me ponen en la mesa, como», manifestó .
El hombre pasó 42 años de su vida trabajando arriba de los colectivos. Sin embargo, siempre trabajó. Antes de eso fue repartidor de pan, de productos lácteos, y también debió unirse al servicio militar obligatorio cuando era muy joven. Por eso, asegura que el trabajo también fue uno de los responsables de su ritmo de vida tan activo.
Fuente: Vía Córdoba.