Temporada de verano

Cuesta Blanca: polémica por una fiesta clandestina que duró tres días

Pese a los reiterados llamados de los vecinos de la zona, la Policía no acudió al lugar hasta que fueron a la comisaría. “No respetamos el protocolo porque nadie lo respeta”, dijo una de las organizadoras.

Una fiesta clandestina que se realizó en Cuesta Blanca, en el sector conocido como Playa de los Hippies, causó revuelo al conocerse que comenzó en la noche del primer día del año y duró hasta el domingo a la noche, cuando la Policía llegó a desarticularla.

«Tenían todo organizado, los jóvenes que iban tenían pulseritas» contó Dora González, dueña del terreno donde un grupo de personas organizó la fiesta, en diálogo con El Doce. Al evento, según relató, acudieron «no menos de 100 personas cada día».

La mujer y otros vecinos de la zona llamaron varias veces a la Policía durante esos días pero, según manifestaron, recién fueron hasta el lugar el domingo por la noche.

Ana Cingolani, vecina del sector, declaró a El Doce que la fiesta comenzó el viernes 1 a las 21 horas en un campo de propiedad privada, sin que la propietaria supiera del evento. «En ese momento hubo varios llamados a la policía para denunciar y nada», dijo la mujer.

«El sábado a las 10 de la mañana la fiesta seguía. Entonces un guardambiente voluntario y la dueña fueron a hablar con los organizadores y pedirles que corten», aseguró Cingolani. Además de ser un campo privado, es un área protegida, por lo que los organizadores y los asistentes estaban violando todas las disposiciones. «No está permitida la música fuerte y había gente acampando fuera del área de acampe», sostuvo

La fiesta se interrumpió, pero por un rato. «La gente se cambió de lugar y comenzaron otra vez con la música fuerte. Siguieron toda la noche lluviosa del sábado y todo el domingo hasta pasadas las 3 de la tarde. A esa hora yo pasé por un lugar cercano desde donde se escuchaba muy fuerte la música pero no se veía la gente porque estaban detrás de una loma», señaló la mujer, quien en ese momento volvió a llamar a la Policía.

La vecina contó que a las 6 de la tarde «estaban sin música pero todos ahí como preparándose para empezar otra vez a la noche del domingo». Eso motivó a que la dueña y un grupo de vecinos se hicieran presentes en la comisaría para denunciar el evento clandestino.

«Como lo efectivos nunca fue a desalojar la fiesta, los vecinos decidimos ir nosotros y avisamos a la Policía que ellos serían los responsables si llegaba a ocurrir algún episodio desagraciado», agregó. Finalmente, los efectivos acompañaron a los denunciantes para desactivar el evento.

El jefe de la Departamental Punilla, Cristian Cattaneo, informó que no secuestraron ninguno de los equipamientos con los que contaban los organizadores de la fiesta y que tampoco hubo detenidos. «El evento se realizó en una zona gris que no pertenece a Cuesta Blanca», expresó.

Según las imágenes que difundieron los vecinos en un blog y en la cuenta de Facebook de Guardambientes voluntarios de la zona, en la fiesta había un generador de electricidad, consolas de DJ y parlantes, entre otros elementos.

Por su parte, Ema, la organizadora del evento, negó que la fiesta haya sido extensa. En diálogo con El Doce, aseguró que comenzó el viernes y finalizó el sábado a la mañana cuando se pusieron a limpiar la zona. También reveló que llevaron pulseras para distinguirse, debido a que vecinos de Cuesta Blanca les dijeron que tengan cuidado con los robos.

«La idea nunca fue hacer una fiesta clandestina sino juntarnos todo el grupo de amigos, que sí somos casi 100 personas, al aire libre y hacer un acampe y poner música», manifestó. Y agregó: «Fuimos 15 el viernes y cuando estábamos allá empezamos a avisar para que llevaran carpa, comida y bueno, la cosa se fue de las manos y terminó llegando gente que nada que ver. Pero nuestro plan nunca fue llevar 100 personas».

Además, destacó que el lugar donde finalmente hicieron la juntada ya había gente con parlantes y botellas de vino tiradas. «Nosotros nos pusimos a limpiar todo el lugar. Hay cero control de eso», cuestionó.

Si bien reconoció que ninguno de sus amigos tenía barbijo ni respetaban el distanciamiento social, se defendió diciendo que es irrisorio que a ellos les pidieran cumplir con las medidas de higiene cuando ya había «15 personas acampando, compartiendo vaso y sin distanciamiento».

«Nosotros no lo respetamos porque nadie lo respeta. Desde que te bajás del colectivo nadie tiene barbijo ni respeta el distanciamiento. Ni un solo barbijo desde que te subís a la canoa. Entonces hay COE para algunos y para otros no», aseveró.

Asimismo, Ema denunció que los vecinos que se presentaron, como la dueña del parador y guardaparques fueron agresivos. «Empezaron a gritarnos, a decirnos que éramos irrespetuosos, que hicimos contaminación sonora y por eso nadie del pueblo había dormido. Insultos irreproducibles», relató.

«Reaccionamos y le dijimos a la señora que nos dejara en paz y ahí fue cuando el guardaparque se puso violento conmigo, me empujó y me trató como de agarrar. La situación se puso tensa pero no pasó a mayores», prosiguió.

«Se ocuparon de decir que somos de lo peor. Y lo único que queríamos era disfrutar con nuestras amistades, bailar y acampar, lo que hace todo el mundo», concluyó.