El dramático relato de los hinchas de Talleres sobre los incidentes en cancha de Vélez

El partido disputado entre Talleres y Vélez en la ida de los cuartos de final de la Copa Libertadores quedó en un segundo plano. La victoria por 3 a 2 del conjunto velezano se vio opacada por los incidentes que se registraron en una de las tribunas altas del estadio José Amalfitani.

La prohibición para ir a la cancha dispuesta por la dirigencia de Vélez no le importó a los hinchas de la «T». Se calcula que más de 3 mil matadores fueron a Liniers a ver a su equipo.

El presidente del club de Barrio Jardín, Andrés Fassi, había mostrado su preocupación por la imposibilidad de la concurrencia de los hinchas cordobeses. «Es riesgoso», había expresado en diálogo con El Doce. Como se preveía, todo terminó en violencia.

Dos hinchas de Talleres que desafiaron la prohibición dieron su testimonio en El Doce y relataron la dramática situación que se vivió en la platea alta sur del Amalfitani.

«La mayoría nos ubicamos en la tribuna alta. Éramos un montón y algunos se pusieron a cantar canciones de Talleres. A todo esto, estábamos mezclados con los hinchas de Vélez. Minutos antes de que empezara el partido, se acercaron algunos barras y nos advirtieron: ‘Mientras nadie cante o grite un gol, va a estar todo bien'», contó Facundo, un fanático de la «T».

Sin embargo, en el entretiempo algunos «infiltrados» empezaron a cantar, lo que provocó la reacción de los velezanos. Los mismos que habían hecho la advertencia.

Lucas, otro matador que viajó hasta Liniers, revivió los incidentes. «Fue una película de terror. Apenas empezó el segundo tiempo, entraron los barras de Vélez y nos empezaron a pegar, a tirar con butacas. Sacaron cuchillos y nos amenazaron. Bajamos como pudimos y nos arrinconaron en una esquina», detalló.

En tanto, revelaron que hasta rompieron una casilla de panchos y les tiraron de todo. «Le robaban a la gente», manifestó, aún conmocionado.

«Les pedíamos por favor que pararan pero estaban endemoniados. Fue espantoso. Después llegó alguien de la barra de ellos que los sacó. La Policía jamás apareció, hubo una zona liberada. Lo que se vio en la tele no es nada en comparación a lo que realmente pasó», concluyó.

Por su parte, Facundo agradeció haber podido zafar del apriete de los integrantes de la Pandilla de Liniers, nombre del grupo de delincuentes que se ubica en el centro de la popular velezana. «Yo zafé. Me senté en una butaca y empecé a rezar», aseguró.

Asimismo, reflexionó sobre la cuota de «responsabilidad» que tuvo la gente de Talleres. «Las reglas eran claras y los boludos que se pusieron a cantar provocaron esto», concluyó.

Fuente: El Doce.