Historia de vida

El fútbol la ayudó a superar un ACV y se volvió hincha de Belgrano a los 78 años

A Mildred se le despertó la pasión contagiada por su nieto y terminó yendo a la cancha por primera vez. "El fútbol le devolvió parte de las ganas de vivir", contó su hija.

Mildred Elena Boasi no era fanática del fútbol y, a sus 78 años, nunca fue a la cancha. Desde hace 5 años se le despertó la pasión por Belgrano, contagiada por su nieto Matías y, cuando sufrió un ACV, se aferró al club para motivarse.

De acuerdo a lo que informó Vía Córdoba, la mujer comenzó a escuchar los partidos por la radio, primero en el centro de rehabilitación y ahora en una residencia donde sigue con el tratamiento. Finalmente, le pidió a su hija ir a la cancha.

Su familia le cumplió el deseo y el club de Alberdi cursó la invitación para el encuentro con Vélez por Liga Profesional. Mildred asistió con la camiseta Celeste que había pedido como regalo de Navidad y en el gorro que le dio su nieto.

«Cuando le conté que íbamos a ir fue una locura. Mis hermanos no lo podían creer, ‘¿qué hace mamá en la cancha?’ me decían, porque a ninguno le gusta el fútbol», contó Paula, una de las hijas.

Respecto a la experiencia, relató: «Todo fue muy grato, la forma en que nos recibieron, en un lugar inclusivo porque mi mamá se debe desplazar en silla de ruedas. La gente fue muy cálida y salió todo espectacular. Además estábamos cerca de la popular, y escuchaba los cánticos y los bombos, a ella que le gusta tanto, porque formaba parte como tamborilera en Fuerza Mayor, una agrupación de la tercera edad».

Asimismo, destacó que su mamá predijo el resultado: «Apenas llegamos al estadio, a las 14, dijo que Belgrano ganaba 2-0″.

«Ahora me pidió que la hagamos socia y estamos en esas gestiones. Y Matías, que va a la Cuellar Alta y se hizo hincha de Belgrano por su papá Martín, también está entusiasmado de volver a ir a la cancha con su abuela», añadió Paula respecto al nieto fanático.

Respecto al particular pedido de su madre, la hija contó: «En plena recuperación del ACV, mi mamá me dijo que quería ir a la cancha porque nunca lo había hecho. Se tomaba el pecho y me decía que sentía que le hacía falta. El ACV la consumió. Era una mujer activa, que hizo de todo, y de cerca de 100 kilos. Ahora pesa 40. El fútbol le devolvió parte de las ganas de vivir».

Fuente: Vía Córdoba (Vía País).

Fotos: Vía Córdoba (Vía País).