Entretenimiento en pandemia

Emoción por la reapertura de calesitas

Tras ocho meses donde permanecieron sin funcionamiento, pudieron regresar con todos los protocolos. Los niños mayores de dos años deberán usar tapabocas y se desinfectará de manera permanente.

Las calesitas volvieron a funcionar ayer en Córdoba, con estrictos protocolos, tras el reclamo de los dueños y trabajadores que pedían que regresara la actividad.

Las siete calesitas que están en las plazas de la ciudad de Córdoba: dos en el parque Sarmiento, Alberdi (en la Jerónimo del Barco), Alta Córdoba (Rivadavia), Yobre, San Vicente (Mariano Moreno) y Parque General Paz, ya pueden abrir.

El Centro de Operaciones de Emergencias (COE) aprobó el lunes el protocolo para este entretenimiento. Las medidas consideran un solo sentido de circulación sobre el plato giratorio, así como también entradas y salidas bien marcadas.

«El público podrá ocupar la superficie de la plataforma sobre los vehículos cumpliendo la distancia interpersonal correspondiente. A tal fin, deberá ‘anularse’ la ocupación de vehículos contiguos a ambos lados de aquel a utilizar, como así también el anterior y posterior», comunicaron en el documento que rige el regreso de las calesitas en la provincia.

El protocolo establece que en el ingreso debe haber una barrera sanitaria, compuesta de una alfombra sanitizante y de alcohol en gel para las manos del público. También es estricto en cuanto a la sanitización de la calesita. Una vez que se acaba la vuelta se deben higienizar todos los componentes.

Asimismo todas las personas en el juego deberán tener cubrebocas, excepto menores de dos años, y el encargado de la venta de tickets deberá portar máscara protectora y antiparras.

En la Plaza Jerónimo del Barco, una fila de niños esperó ayer por su turno de entrada. Karina, una de las mamás, confesó que su hijo Eugenio estaba desesperado por volver. «Nosotros vivimos en este barrio y venimos a la plaza con frecuencia. Nos encontrábamos con las rejas y los candados cada vez que veníamos a visitar los caballitos. Ayer mi hijo cumplió años, así que este es su mejor festejo», comentó la mujer.

Como ella, otros padres también llevaron a sus hijos a divertirse y veían con confianza cada uno de los pasos que seguía Adriana Bellina, la calesitera. «Adri es como una figura para Eugenio. Y por más que no va a haber sortija, él la recuerda siempre agitando con alegría la posibilidad de volver a subir. La calesita es un deseo constante en la vida de los niños», expresó la vecina.

Bellina deseaba con fuerza poder abrir la calesita en este último tiempo. «Es tan positivo lo que se logró. Acá hay muchísima seguridad, es más conveniente que dejar a los chicos en los juegos de la plaza. Está todo marcado y se cumplen a rajatabla las medidas preventivas», destacó la calesitera.

En Villa del Libertador, también abrió la calesita de la plaza 12 de Octubre. Eugenia Pfluger la conduce y fue la persona que se puso al frente de la lucha para lograr las aperturas. «Fueron ocho meses de inactividad. Yo tenía cerrado y había empezado a desarmar todo para hacer unas tareas de mantenimiento. Por suerte, desde el COE nos confirmaron la apertura y fue muy grato», explicó la mujer.

Las calesitas se encontraban cerradas desde el 14 de marzo. Cuando los trabajadores del sector comenzaron a ver que los niños iban a las plazas de los barrios, empezaron a exigir para que los dejaran abrir con protocolos. «El 30 de junio, tres calesitas presentamos nuestro protocolo siguiendo las recomendaciones del COE. La respuesta fue siempre la misma: estaban ingresando muchos protocolos y ya lo iban a atender. Pero estaban abiertos los shoppings, los bares, los centros comerciales», relató la encargada.

«Íbamos tres veces por semana al COE, pedíamos colaboración de la gente, en las redes se empezó a sumar el reclamo de la comunidad. Y finalmente nos dieron el visto bueno. Ese día me largué a llorar», recordó Pfluger emocionada.