Bochas
Es un apasionado por las bochas, perdió la vista y compitió a nivel nacional
Carlos Fassi es de La Paquita y, cuando le anunciaron que quedaría ciego, su mundo se vino abajo. Sin embargo, con el apoyo de sus seres queridos logró quedar en tercer lugar en el Argentino de Ciegos.

Carlos Fassi es oriundo de La Paquita y conocido en todo el pueblo por ser un hábil albañil y también por su pasión por las bochas.
De acuerdo a lo que informó La Voz, incluso cuando recibió una noticia que le cambió la vida siguió adelante con su deporte favorito. En mayo de este año le dijeron que se quedaría ciego.
El hombre concurrió a un sanatorio de la zona para operarse de cataratas y mejorar su vista porque no veía ya el fondo de la cancha de bochas y sus tiros no eran los de siempre. Tras un error y una bacteria, Carlos perdió la vista en sus dos ojos.
El impacto de la noticia fue muy grande, pero tanto su familia como sus amigos lo apoyaron para que saliera adelante. «Se enteró de la noticia en mayo, justo cuando cumplía años, fue muy difícil para él, por las circunstancias en las que ocurrió y para todos los que lo queremos», contó a La Voz Carina, su esposa.
«Con la ayuda de nosotros, de los médicos, de psiquiatras y de amigos, logramos ponerlo de vuelta en carrera, para que se levantara con lo que más ama: las bochas», remarcó.
El propio Carlos expresó: «Jugué a las bochas toda la vida, durante muchos años en primera categoría, es una pasión que llevo desde siempre». Cuando se enteró de que, a pesar de perder la vista, podría seguir jugando a las bochas –existe una categoría que así lo permite–, no lo dudó.

«Mi familia fue el pilar de todo esto, sin ellos hubiera sido mucho más difícil y cuesta arriba estar donde estoy», destacó el deportista. En medio de la recuperación, llegó a La Paquita la noticia del Torneo Nacional Argentino de Ciegos, que se llevó a cabo en octubre.
Alentado por sus seres queridos, Carlos se anotó para participar en representación de su pueblo. «Aprendí que las personas como yo son ciegos, no se llaman ‘no videntes’, somos ciegos», remarcó.
El día del torneo, con la ayuda de su hijo, Carlos fue pasando de ronda. Finalmente y pese a ser su primera vez en un torneo, se llevó el trofeo del tercer puesto.

«Fueron dos días en familia, lo mejor que me ha pasado en la vida, con todos los que me ayudan a ponerle fuerza a esto para sobrellevarlo, para seguir adelante», relató el deportista.
Pese a su puesto, Carlos se queda con la emoción de lo vivido y que pudo disfrutar agudizando sus otros sentidos. «Yo le meto para adelante para que también ellos no sufran por uno», concluyó.
Fuente: La Voz.