Un grupo de ladrones asaltó un comercio de barrio Los Gigantes y protagonizó un violento episodio con su dueño. Afortunadamente, la bala nunca salió del arma.
El hombre entró al lugar con una escopeta y además, amenazó a un guardia. Según su defensa, los perros de la empresa mataban a los animales de su familia.
El conflicto comenzó cuando la madre de uno de los heridos se quejó de un fuerte ruido que estaban haciendo con la moto. El oficial amenazó con matarlos a todos y terminó disparándole a varios.