Desastre ecológico

Incendios en Córdoba: 2020, el peor año

Unas 350 mil hectáreas se quemaron en el territorio provincial. La superficie afectada equivale a la de los nueve años anteriores juntos.

En lo que va del año una unas 350 mil hectáreas se quemaron en la provincia de Córdoba debido a los incendios. Asimismo, los bomberos advierten que el oeste provincial suele tener focos hasta diciembre, por lo que el número aún podría no haber cerrado.

Se trata del peor año que se recuerde, al menos desde que en 2003 se lleva un registro más metódico de superficies afectadas. El número equivaldría a unas 350 mil canchas de fútbol, 350 mil manzanas, seis veces el territorio de la capital cordobesa.

El año más cercano es el 2009, con 227 mil hectáreas quemadas. Pero 2020 lo supera por un 55% más. En una terrible comparación, se estima que lo quemado en 2020 equivale casi a la suma de los nueve años anteriores.

Este año hubo dos megaincendios que arrasaron más de 60 mil hectáreas cada uno: el de las Sierras del Sur (Alpa Corral, Achiras, Río de los Sauces) y el de La Cumbre hasta Copacabana y La Candelaria (Punilla y Cruz del Eje). Otros graves se dieron entre Ischilín y Punilla, entre Capilla del Monte, Ongamira y La Cumbre, en Tulumba, en Traslasierra y entre Carlos Paz y Alta Gracia.

Sobre la superficie afectada total, el Plan Provincial de Manejo del Fuego no tiene aún números oficiales cerrados. El Sistema Nacional de Manejo del Fuego reportó, con base en imágenes satelitales, un total de 315.944 hectáreas quemadas hasta el 15 de octubre. Sin embargo, desde entonces se sumaron otros grandes incendios en Traslasierra. El cálculo anual sube la estimación a entre 340 mil y 350 mil hectáreas.

Claudio Vignetta, secretario de Gestión del Riesgo y Catástrofes de la Provincia, admite que esos números coincidirían con los preliminares que maneja el Gobierno cordobés. La cuenta involucra tanto a los incendios en zona serrana, donde hay más forestación, como a los del área de llanura, donde se queman principalmente restos secos de cultivos. Unos y otros deterioran suelos, pero los serranos generan un impacto ambiental superior al afectar zonas donde sobreviven los escasos bosques nativos cordobeses y por el deterioro de las cuencas hídricas, claves para el agua necesaria en la provincia.

El Ministerio de Agricultura y Ganadería declaró como zona de desastre agropecuario unas 240 mil hectáreas, para compensar a los productores afectados. Aún no incluyó los últimos incendios de octubre y no sumó áreas de montaña sin uso agropecuario.

Las estadísticas suelen responder a la regla de que hay mayores incendios cuando se dan años de mayor sequía. «La causa principal de tanto incendio en 2020 ha sido la fenomenal sequía. Fue el año con menos lluvias de los últimos 65 en las Sierras, el norte y el oeste. Eso, más la carga combustible existente, por varios años con escasos focos», explicó Vignetta.

Además de las adversas condiciones climáticas, varios advierten que antes ocurre un inicio, una chispa de origen. «La falta de un plan integral de gestión integral de riesgos de incendios, con foco en la prevención, agrava el cuadro», expresó Nicolás Mari, investigador del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (Inta) y licenciado en Gestión Ambiental.

Las razones pueden ir entre la caída de una línea eléctrica, la quema de un basural, pasturas prendidas fuego, un incendio intencional, como un turista que apaga mal las brasas, entre múltiples posibles escenarios. Las causas son muy pocas veces esclarecidas por la Justicia, pero en el 90% de los casos tienen mano humana.

El impacto ambiental y económico supera lo que ocurre en un año. Se produce un efecto acumulativo: en 18 años (desde 2003) se han quemado en Córdoba casi 1,5 millones de hectáreas, considerando que el total del mapa provincial suma 16 millones de hectáreas.

En relación a este duro balance, funcionarios provinciales y directivos de las dos federaciones de cuarteles de bomberos de Córdoba empezaron las reuniones para definir presupuestos y prioridades del Plan Provincial de Manejo del Fuego para 2021. Sin embargo, fuentes relacionadas coincidieron en que la idea es sostener un esquema similar al aplicado en los últimos años.

El plan del 2020 contempló partidas por 374 millones de pesos. Vignetta precisó que, debido a los grandes incendios, se sumaron en el último mes partidas adicionales de emergencias por otros 180 millones de pesos para comprar kits forestales, ropa de bomberos y reponer equipos dañados a los cuarteles.

En relación a esto, desde varios sectores ambientalistas plantean que el denominado presupuesto del fuego debería revisarse para hacer más énfasis en dos cuestiones en las que no se ha hecho hincapié: la prevención y la restauración.