Animales

¡Mirá esto! Junto a su hijo, un cordobés fotografía la fauna nativa en su estado más natural

Ricardo Cassani es de Cruz del Eje y hace varios años descubrió su pasión por la fotografía de naturaleza. De la mano de Pablo, han logrado registrar impresionantes imágenes.

Ricardo Cassani es un odontólogo oriundo de Cruz del Eje que hace varios años descubrió su pasión por la fotografía de naturaleza. Hoy comparte esta afición con su hijo Pablo y ambos se destacan por capturar animales autóctonos en su estado más natural.

En diálogo con Vía Córdoba, Ricardo habló sobre cómo es el proceso fotográfico previo a capturar estas imágenes y lo que significa compartir esta pasión con su hijo.

El hombre recordó que su amor comenzó hace 25 años, cuando le llamó la atención un telescopio que se encontraba en una vidriera de Capilla del Monte. «Fue una atracción y tuve el deseo de comprarlo para poder observar el universo», rememoró Ricardo.

El cordobés destacó que su interés por el cielo fue el que lo llevó a la fotografía de naturaleza. «Mientras estaba aprendiendo, vi un sitio de España y me enamoré de lo que vi, de las fotos de las aves, de mamíferos; y los fotógrafos usaban una cámara similar a la mía. Así que, me aventuré a comprar un zoom. Fue un desafío pero así me convertí en un apasionado», manifestó.

Asimismo, reconoció que fue adquiriendo otras técnicas que le permitieron mejorar sus tomas. Todo a través del autoaprendizaje. «Aprendí las técnicas que pude aún no teniendo las mejores máquinas. A veces, las limitaciones son las que nos impulsan y nos hacen mejorar», expresó.

El odontólogo define a la fotografía de naturaleza como la «observación y contemplación de la vida cotidiana de los animales, con el fin de entender la importancia de vivir en armonía y equilibrio, y en un estado total de respeto».

«Elegí la naturaleza porque allí, en el universo y en nuestro interior están las respuestas a los grandes enigmas de la humanidad; porque es muy gratificante observar, contemplar y estudiar la naturaleza. Retratar la vida de un ave me hace sentir que vivimos en equilibrio, y eso trato de transmitir en mi trabajo», aseguró.

El aficionado recalcó que más allá del resultado final, existe un largo proceso previo. «Se debe hacer un estudio de campo, recorrer la zona, observar dónde se posan los animales. Cada especie tiene características, lugares, épocas específicas y eso, hay que estudiarlo. La mayoría de las fotos son en Cruz del Eje y alrededores, porque me di cuenta que estas cuestiones son imprescindibles», contó.

«Lo que busco es resaltar la belleza del animal, que sea un posadero natural, limpio, con fondo de color, desenfocado, que permita destacar características y acciones. Por eso no me atraen tanto los viajes fotográficos ya que uno puede llevar la cámara pero no sabe si estará el animal o no, entonces, pasa a ser una caza de fotografías», detalló.

Una pasión compartida

Respecto a esta pasión compartida con su hijo, relató: «Mi hijo tiene 13 años y a los nueve se interesó por la fotografía y comenzó a retratar animales conmigo. Su primera captura fue al Martín Pescador y, desde ese momento, se convirtió en su afición. Esa es mi máxima gratificación».

Ambos comparten días enteros de capturas por el interior de Cruz del Eje y alrededores, y han logrado registrar impresionantes imágenes.

«Esto me brinda muchas satisfacciones, desde el punto de vista personal y desde el enriquecimiento espiritual. He vendido algunas fotos, he impreso tres libros (naturaleza de aves, macrofotografía y astrofotografía) pero no apunto a la rentabilidad. Es lo que comparto con mi hijo, que me deja momentos increíbles, de emoción, adrenalina; son instantes que no tienen precio», aseguró.

Ricardo manifestó que existen una serie de técnicas que deben respetarse a la hora de fotografiar animales en su hábitat natural. «Hay redes de enmascaramiento, para romper la figura humana, ropa de camuflaje, hide -que son aguardos de materiales naturales donde uno se mete y espera a las aves-, traje ghillie -que permiten pasar desapercibido», precisó. Estas herramientas son las que le han permitido capturar ciento de imágenes a animales difíciles de encontrar.

Sus tres ejemplares elegidos

Respecto a los animales capturados por la cámara, el cordobés destacó cuáles fueron los ejemplares que más disfrutó fotografiar. Ricardo destacó tres.

En primer lugar, se refirió a las aves acuáticas. «Son hermosas, por su colorido y plumaje brindan tomas maravillosas. He podido capturarlas cuando se acicalan y se alimentan. Además, el condimento del agua mejora la fotografía. Entre ellas están los flamencos, las cigueñas y toda la línea de los macá».

En segundo lugar, remarcó las aves rapaces «por su imponencia y majestuosidad, la fiereza de la mirada, la belleza de su vuelo, como las águilas, halcones, aguiluchos».

En cuanto a mamíferos, el fotógrafo resaltó: «El momento más hermoso que pasé fue cuando fotografié al yagurundí o gato llama que es un felino de pelaje rojizo. Por 30 segundos lo tuve a seis metros de distancia. Fue un momento inolvidable, por la cercanía y por tratarse de un mamífero que, hasta hace un tiempo, estaba en peligro de extinción».

Finalmente, destacó que aún tiene ejemplares pendientes a capturar; entre ellos, el puma. «Aún no lo he podido ver en estado silvestre, que es como quiero fotografiarlo», concluyó.

Fuente: Vía Córdoba (Vía País).