Ciencia

Orgullo: investigadores de Córdoba buscan terapias para tratar una rara enfermedad

Tatiana Guendulain, becaria doctoral de la UNC y el Conicet, brindó detalles durante la presentación del programa Jóvenes en Ciencia. "Córdoba tiene un enorme potencial y las investigaciones son de altísimo nivel e innovadoras", aseguró.

Durante la presentación del programa Jóvenes en CienciaTatiana Guendulain, becaria doctoral del Centro de Investigaciones en Química Biológica de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC) y el Conicet, brindó detalles sobre el trabajo que se está desarrollando en el laboratorio de José Luis Barra para «buscar terapias complementarias para una enfermedad poco frecuente, que se llama Trimetilaminuria, más conocida como síndrome del olor a pescado».

De acuerdo a lo que informó el Gobierno de Córdoba, la especialista detalló las características especiales de la labor que está desarrollando en el laboratorio donde trabajan con distintas herramientas de biotecnología, biología molecular y microbiología para desarrollar soluciones en salud e industria.

«Invertir en ciencia y tecnología no es un riesgo porque la generación de nuevo conocimiento trae beneficios de enorme importancia para el desarrollo de los países», manifestó. Y agregó: «Córdoba tiene un enorme potencial y las investigaciones son de altísimo nivel e innovadoras».

En tanto, precisó que «específicamente nos estamos dedicando a buscar terapias complementarias para una enfermedad poco frecuente que se llama Trimetilaminuria, más conocida como el síndrome del olor a pescado».

Cabe señalar que esta enfermedad afecta a una persona en 40 mil y es un desorden metabólico que sucede cuando el cuerpo no es capaz de metabolizar un compuesto que se produce en el intestino, comienza a acumularse en el organismo y es liberado en los distintos fluidos corporales, haciendo que la persona emane un olor parecido al del pescado en descomposición.

«Esta patología hace que los pacientes tengan una vida social muy complicada y muchos problemas para acceder a un diagnóstico», detalló Guendulain. Y añadió: «No hay cura para esta enfermedad y las terapias son extremadamente limitadas e insostenibles en el tiempo».

Asimismo, con orgullo, manifestó que el laboratorio del que forma parte es uno de los pocos a nivel mundial que trabaja con esta patología.

«Lo que hacemos es buscar generar un probiótico que pueda ser consumido por los pacientes y logre transformar el compuesto que tiene olor a pescado. Estamos utilizando la biotecnología para buscar soluciones a un problema de salud», explicó.

Asimismo, la becaria señaló que la inquietud «nos llega como una demanda específica de la sociedad a través de Celia Angaroni que es médica en la ciudad de Córdoba y trabaja en el Centro de Metabolopatías Congénitas junto con Silene Silveyra».

A continuación destacó «la importancia de que dentro del sistema científico quienes investigamos convencemos a trabajar de manera interdisciplinaria, para buscar soluciones a las problemáticas sociales y también del sector productivo».

Fuente: Gobierno de Córdoba, La Nueva Mañana.