Salud

Para llorar: un nene se realizó la última quimio y todo su pueblo lo recibió emocionado

Lolo tiene 6 años y le diagnosticaron una leucemia linfoblástica aguda que lo llevó a someterse a meses de tratamientos. "Hoy nosotros celebramos, junto a Lorenzo, la vida", expresó su familia.

Un niño de Villa Huidobro fue recibido por toda la localidad luego de realizarse su última sesión de quimioterapia, tras sufrir de leucemia. Su historia conmovió a toda la población, que decidió acompañarlo en este emocionante momento.

«Hola gente. Quería contarles que hoy Lorenzo transitó su última quimio; su quimio número 46», comenzó contando su mamá, Jessica Lovera, en un conmovedor posteo.

Y continuó relatando: «Nosotros estamos muy agradecidos con todos, familia, amigos, conocidos por apoyarnos y darnos fuerzas siempre, en estos casi 8 meses».

El pequeño de 6 años fue diagnosticado con «leucemia linfoblástica aguda» el 10 de junio de 2022. A solo 24 horas después de la noticia, la familia se puso en acción y ‘Lolo’ comenzó a recibir el tratamiento: quimioterapia y corticoides.

El proceso duró 8 meses y todo el pueblo cordobés de Villa Huidobro, estuvo expectante del estado de salud del menor, siempre esperando a que la mejor noticia llegue. Afortunadamente, la historia tuvo un final feliz y lleno de festejos, ya que Lolo fue recibido por los vecinos y bomberos con una gran caravana.

Horas antes de la llegada de Lolo, en Villa Huidobro había llovido, con lo cual el ingreso al pueblo estaba bloqueado por agua y barro. Además, la tormenta generó que una gruta donde se encuentra la imagen de la Virgen de la Medalla Milagrosa, hasta donde el menor quería llegar, se encontrara repleta de residuos.

Por esta razón, los hermanos del pequeño se prepararon para limpiar el lugar y dejarlo en condiciones para que Lorenzo pudiera realizar su acción de gracias. Finalmente el momento se concretó y el pequeño pudo entrar a su pueblo acompañado de una multitud.

La historia de Lolo

«Hoy quiero compartir unas palabras desde nuestro humilde lugar, contando un poco como empezó un cambio rotundo en nuestras vidas», comenzó la carta que compartió Jessica. «Somos una familia ‘GRANDE’, compuesta por mamá (Jésica), papá (Martín) y sus hermanos; Bautista, Juan Pablo, María Paz, Bastian y Martina», comenzó describiendo.

Este largo camino, en busca de mejoras para la salud del niño «comenzó cuando decidimos llevar a Lorenzo a la pediatra, porque desde el colegio nos decían que lo notaban cansado, que se dormía en clases, no participaba y también manifestaba dolor en la cintura. Además, en casa, empezó a tener 37°, 38°,39° de fiebre. Todo repentinamente», prosiguió.

Acompañados por su pediatra, Susana Ávila, comenzaron a realizar diferentes estudios y llegaron a un resultado. «Lorenzo presentaba una alteración de células en la médula», explicaron. Y continuaron: «Quebramos en llanto porque nuestra doctora nos dijo eso, pero a la vez no nos era clara del todo (No porque no nos dijo la verdad, sino porque ella en ese momento no podía diagnosticar la enfermedad)».

Ante este panorama, la pediatra les indicó que el tratamiento lo debían hacer en Córdoba o Buenos Aires. «Decidimos ir a Córdoba e inmediatamente nuestra pediatra, nos recomendó al Dr. Hollman (médico oncólogo y hematólogo) quien nos confirmó que nuestro hijo tenía una enfermedad llamada Leucemia», detalló Jessica.

El médico les indicó que el pequeño de 6 años tenía que quedarse internado 33 días, y que el tratamiento podía durar entre 8 meses y un año. «Desde ese momento me enojé con la vida, no creía en nada ni en nadie. Veía todo oscuro», reconoció la madre. «Sabía que mis niños quedaron en casa bien cuidados y sanitos de salud, pero también me dolía estar a la distancia», señaló, respecto a sus otros hijos.

«De a poco entendí que en ese momento Lorenzo me necesitaba más que el resto por la difícil situación que atravesaba. Fui adaptándome, conociendo como es la enfermedad, sin tenerle miedo, pero sí respeto», continuó su relato y remarcó: «Jamás buscamos en Google nada de nada, siempre confiamos y creímos en los médicos».

En medio de este dolor, la mamá contó que encontró la esperanza en la oración a Dios y a la Virgen de la Medalla Milagrosa. «Nos convertimos en devotos de ella y creo que nunca nos soltó la mano», mientras que sostuvo que esto les permitió calmarse para comenzar a «agradecer cada día que pasaba, porque se trataba de un día ganado».

Jessica destacó que su hijo «en 7 meses y 10 días nunca tuvo ninguna complicación de gravedad. Si necesitó transfusiones de sangre y pasó dos veces por quirófano para colocar catéter». El propósito de esta carta, que intenta resumir lo que pasó Lolo y su familia, es «decirles que no bajen los brazos», aunque admitió: «Obviamente que van a haber días grises, pero todo depende de uno y del entorno que nos rodea, ya sea familia, amigos o conocidos».

«Nosotros, sus papás, delante de Lolo nos mostramos fuertes, todo estaba bien, todo tenía solución. Tratamos siempre que Lolo confíe en su médico de cabecera, los residentes, enfermeros y todo el personal del Hospital Privado. Le transmitimos el mensaje de que nadie le hacía daño, nadie le hacía nada para que sufra, que todos estábamos haciendo lo posible para que esté sano y pueda vencer esa enfermedad», expresó.

Finalmente, concluyó con un mensaje de fe: «A todas las personas que estén pasando por lo mismo les decimos; creer, confiar, sentir y agradecer todos los días y tener presente las esperanzas. En estos casos, es importante recordar que todo es ‘Un día a la vez’. Creer es crear… Hoy nosotros celebramos, junto a Lorenzo, la vida».

Fuente: Vía Córdoba (Vía País).