Coronavirus

¿Podrán volver los chicos a la escuela?

De acuerdo a lo reportado en Córdoba, los niños presentan cuadros más leves pero algunos desarrollaron una falla multisistémica. Se debate qué tanto pueden contagiar y cómo afectará esto el regreso a clases.

Un niño de 11 años de una familia cordobesa infectado con Covid-19 parecía haber cursado el cuadro de manera asintomática. Sin embargo, a los diez días comenzó a tener fiebre. El cuadro se agravó con dolor intenso de cabeza y sarpullido por lo que decidieron internarlo en el Hospital de Niños de la Capital. Está grave.

Este caso, y al menos otros tres más en Córdoba, son las efectos más graves que puede provocar el coronavirus en los niños. Se trata del Síndrome Multisistémico Inflamatorio Pediátrico Temporalmente Asociado con el Sars-CoV-2 (SMIP). Afortunadamente se ha presentado en derivaciones raras. Solo falleció un niño por Covid-19 desde el inicio de la pandemia, que tenía tres años y vivía en la Capital de la provincia.

Eva Acosta, investigadora experta en inmunología en el Centro de Investigaciones en Bioquímica Clínica e Inmunología (Cibici) del Conicet y la Facultad de Ciencias Químicas de la Universidad Nacional de Córdoba, explicó que por lo general los niños no desarrollan una enfermedad grave, salvo por el SMIP. “La hipótesis es que esto último ocurre en niños con algunas mutaciones que afectan al sistema inmune o por alguna morbilidad previa”, expresó.

La mayor resistencia a la enfermedad de los chicos tendría que ver con una inmunidad cruzada generada por tener anticuerpos frente a otros virus respiratorios que son muy comunes en niños, de acuerdo a lo que comentó la investigadora. “A su vez, su perfil de respuesta inmune es más bien antiinflamatorio. Esto es lo opuesto a los adultos mayores que tiene una respuesta más inflamatoria lo que a veces se vuelve en contra y agrava los cuadros”, resaltó Acosta.

Ernesto Resnik, biólogo molecular argentino que trabaja en la Universidad de Minnesota (Estados Unidos), aseguró que al principio de la pandemia no se estudió el impacto del virus en los más pequeños porque no desarrollaban cuadros graves como para internarlos. “Los primeros estudios son los de rastreo de contacto. Allí se encontró que los niños más pequeños posiblemente eran más contagiadores que otros grupos”, aseveró.

Acosta cree que los datos son contradictorios en este sentido. En relación a esto manifestó: “A nivel biológico se ha mostrado que la carga viral en tracto aéreo superior en niños es incluso más alta que en adultos. Ello podría sugerir que su capacidad de infección podría ser similar o incluso más alta”. Pero agregó: “Los análisis epidemiológicos en el contexto de escuelas muestran datos dispares. Muchos reportes de Europa indican que las infecciones en niños no están asociados a nuevos brotes, mientras que otros países como Israel e India concluyen que los niños sí pueden transmitir con eficacia el virus”.

Para Resnik, la lógica indica que si las cargas virales entre niños y adultos son similares, ambos grupos contagien por igual. El investigador cree que hay una correlación entre apertura de escuelas y aumento de casos en varios países. “Un estudio, que evaluó el impacto sobre la tasa de contagio (R0) de las medidas no farmacológicas en más de 130 países, determinó que los dos factores más importantes son el cierre de escuelas y de eventos masivos en lugares cerrados como iglesias y boliches”, aseguró.

Asimismo, en cuanto al manejo del contagio por parte de la sociedad, Resnik plantea dos puntos. En primer lugar, los chicos son menos conscientes de mantener la distancia físico y usar el barbijo. En segundo, mucha gente ya aprendió a cuidarse, pero otra no. “Las escuelas son un gran mezclador de familias que se cuidan y que no. Eso no ocurre en otras actividades como los bares”, argumentó.

Por otro lado, un reciente artículo divulgativo en Nature asegura que las escuelas no son puntos fuertes de transmisión. El principal argumento es que los niños contagiarían menos que los adultos.  La nota menciona un estudio en escuelas alemanas el cual concluye que las infecciones eran menos comunes en los niños de 6 a 10 años que en los niños mayores y los adultos que trabajaban en las escuelas.

Acosta no tiene una posición definitiva de lo que debería hacerse en Córdoba. “Las escuelas deberían volver lo antes posible porque el impacto de la falta de clases presenciales es fuerte y potencia las inequidades. Pero tiene que ser en condiciones de seguridad aceptable, con circulación viral baja. No creo que con los mil casos diarios en la ciudad de Córdoba se pueda garantizar eso”, resaltó.

Para la investigadora hay que comenzar a generar protocolos para garantizar las clases pero a la vez el gobierno, como así también la sociedad, deberían trabajar fuerte para que se reduzca la circulación viral y las escuelas puedan abrir.